martes, 11 de septiembre de 2007

Siete días después

- ¿Sabes qué? -me pregunta la intrigante. Me quedo silenciosa y pensativa, tratando de descubrir si sé qué o no. LLego a la conclusión de que no.
- No, no sé -le contesto.
- Hoy hace una semana que estamos juntas -me explica sonriente.
- Mosquis -digo yo distraídamente. Estaba viendo los Simpson, no es una palabra que suela usar. O sea, ¿que ya hace una semana que esta chica está en mi cama? Bueno, es posible, puesto que hoy es jueves, y recuerdo que fue el jueves pasado cuando me compré estos pantalones que me puse nada más salir de la tienda y los llevaba cuando fui a ver a Natalia a la cafetería y me presentó a su amiga jugadora de voleyball con la que acabé en la cama... y hasta hoy.
- Te he comprado una cosa -me dice, interrumpiendo mis cálculos. Saca una caja verde y alargada y me la tiende. Supongo que mis ojos se abren como platillos volantes, pues no salgo de mi asombro.
- No tenías que comprar nada -digo yo, al borde de un ataque de pánico. No me quiero figurar lo que habrá dentro, pero se me pasan por la cabeza las cosas más espeluznantes y comprometedoras, un anillo, una pulsera con nuestros nombres, un collar para el perro que no tengo...
- Feliz primera semana -me dice la muy astronauta. -Venga, ábrelo.
Abro la caja con todas las luces de alarma encendidas, para encontrar unas tijeras de costura.
- ¿Unas tijeras? -pregunto con una sonrisa de auténtica confusión.
- Sí -responde con una risilla nerviosa.
- Bueno... Gracias -respondo yo, todavía con tono de alucinación. Ella se da cuenta de mi desconcierto y trata de explicarse.
- Son unas tijeras - repite, moviendo dos dedos de su mano, haciendo el movimiento de una tijera y al mismo tiempo dando a entender que hay un doble sentido. Es entonces cuando caigo. Captado.
- Aaaaaah. Ya. Jajaja.
En fin, mi falta de perspicacia sólo es comparable a su falta de sutileza. Le doy las gracias nuevamente por su simbólico regalo y celebramos su primera semana en mi cama (juntas, como dice ella) de la misma manera que los previos siete días, se lo pueden imaginar.

No hay comentarios: