viernes, 30 de noviembre de 2007

Nubes y claros

A él le pareció que había sucedido de repente, pero aquellas nubes negras habían aparecido poco a poco, cubriendo el antiguamente rutilante azul del porvenir. Sintió miedo ante tanta oscuridad y la amenaza de lo que se venía encima. Por eso, antes que el primer trueno rompiese, se acercó a ella y dijo precipitadamente:
-¿Quieres casarte conmigo?
Ella, mirando al cielo, también temerosa ante tanto negro nubarrón de futuro, sonrió nerviosamente y respondió sin reflexionar:
-Claro.

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