El Comandante Finch había capturado a tres alienígenas. Los había metido en una bolsa y había regresado al planeta dispuesto a demostrar que había vida más allá de la Tierra.
La NASA los metió en un laboratorio y los analizó. Qué feos eran. Y qué despeinados estaban. Después de muchos análisis, muchos informes, muchas reuniones e incontables discusiones, llamaron al Comandante Finch y le dieron la noticia:
-Nadie sabrá lo de los extraterrestres. Será un secreto de estado. Los esconderemos y jamás hablaremos de ellos.
Finch no salía de su indignación. Era su descubrimiento. Tantos años de trabajo en busca de la gloria, tanto esfuerzo en sus viajes espaciales, tanto riesgo en la captura, para nada.
-Compréndalo, Comandante Finch. La humanidad no está preparada para esto. Esos tres alienígenas son demasiado feos.
-Eso es porque están despeinados... venían en una bolsa -replicaba Finch. -Traigan un peine y verán como la cosa mejora.
-Es inútil. Hemos probado con todo tipo de peines y cepillos, con miles de gominas, fijadores, pero es imposible. Hasta los peluquines que les probamos acaban despeinándose.
-¡Que traigan a los mejores peluqueros del mundo!
-No es ése el problema, Comandante. Nos tememos que es una cuestión genética. Hemos estudiado sus células y... bueno, en ellas no había nada destacable, en síntesis son similares a las humanas. La única diferencia está dentro de las células eucariotas, ahí está la causa de ese aspecto desaliñado.
-No me vengan con monsergas. Qué tienen que ver las células...
-Permítame explicárselo, aunque es algo insólito. Verá, esencialmente no hay nada raro en ellos, lo podrá usted mismo comprobar a través del microscopio... si se fija en el citoplasma, ve, todo es normal, sin embargo, fíjese usted en las mitocondrias... están como...
-¡Despeinadas!
-Exactamente. Verá, no hay explicación científica a ese hecho, y debemos concluir que si esos seres están inevitablemente despeinados es porque sus mitocondrias lo están también. No queremos dar esa explicación tan vergonzosa e inverosímil al mundo de la ciencia, y además... están tan feos...
El Comandante Finch dejó de trabajar para la NASA poco después y desapareció durante un tiempo. Jamás habló con nadie de la existencia de vida despeinada en otros planetas. Se rumorea que ha sido visto trabajando en una peluquería y que no hay cabello rebelde que se le resista.
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